
Verdaderamente mis más sentido pésame para los padres de los bebés (49 chiquitos) quienes perdieron la vida en la conflagración en la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora. Y su duelo es doble: ya nadie resulta ni responsable ni paga por esta abominación. Esto también es nuestro México. Qué pena, golpear así a la niñez, nuestra niñez, con tanta injusticia. Elevo una plegaria a Dios por ellos.